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Bombardier Concarril se instal en el
Bombardier-Concarril se instaló en el Complejo Industrial Sahagún aprovechando la red de proveedores altamente especializados desarrollada por Concarril desde los años setenta. A inicios de la década de los noventa Plásticos Automotrices Dina (más tarde Plásticos Automotrices Sahagún) y Siderúrgica Nacional (a partir de 1995 Abc-National Casting Co y en 2005 ASF-Keyston) conformaban la columna vertebral de la red de proveedores de la empresa paraestatal. A la llegada de Bombardier ésta trama diversificó aún más, debido a la inestabilidad de las dos empresas antes mencionadas, pero también a causa de una estrategia de flexibilización productiva que, en concreto, consiste en desconcentrar activos dedicados a procedimientos principalmente al detalle para diversificar riesgos (i. e. maquinados de piezas, sub-ensambles de partes, soldaduras y acabados). El caso del proveedor más importante de los 10 enlistados, Global Transporte Industria y Servicios S. A., ilustra un patrón que se repite en los demás y que permite acercarse a la forma en que Bombardier va integrando su producción horizontalmente a partir del proceso de privatización de Concarril. Esta empresa local (instalada en una colonia habitacional), surgió en 1991 como una sociedad creada por ingenieros, técnicos y obreros del área de diseño e ingeniería industrial de Concarril con más de veinte años de trayectoria, y que con abk en sus conocimientos adquiridos sobre el proceso de fabricación de los trenes tipo metro y el dinero de sus liquidaciones decidieron instalar una empresa fabricante de componentes especiales metálicos y de fibra de vidrio, que incluye servicios de diseño, acabados y mantenimiento. Una vez que Bombardier se hizo del contrato de rehabilitación de los 60 primeros trenes del metro entre 1993-2000 al mismo tiempo que fabricaba trenes ligeros para el D. F., Monterrey y Guadalajara entre 1993-1997, inició un proceso de subcontratación de servicios para satisfacer su cartera de clientes. Aquí comenzó la relación entre la compañía y Global Transporte: Bombardier aprovechaba la experiencia de su proveedor en el ramo, pero principalmente los conocimientos al detalle sobre el funcionamiento y equipamiento de los equipos por rehabilitar. La eficiencia de Global Transporte lo ha llevado a mycorrhiza ser contratado por Bombardier Transportation México en diversas ocasiones, no sólo para proyectos nacionales sino también para la proveeduría en proyectos de toda Norteamérica. Incluso, a finales de la década de los noventa, Global Transporte comenzó a diversificar su cartera de clientes nacionales, que actualmente abarca el Sistema de Transporte Colectivo Metro (rehabilitaciones), DINA camiones (partes, frentes y laminación exterior), Arteche Tecnología (partes de acero inoxidable para estaciones eléctricas de baja, media y alta tensión), Aeropuertos y Servicios Auxiliares (contenedores, equipo para mantenimiento y limpieza en terminales), Comesa S. A. (Dormitorios prefabricados), entre otros. La pequeña empresa hidalguense también atende clientes internacionales como Bombardier Trasnportation Norteamérica y Alsthom, Francia (acabados de interiores, bastidores, casetas, platinas, gabinetes de control y componentes para la rehabilitación de sus equipos vendidos en México). Cuadro 3 Antes de continuar a revisar los efectos laborales de esta nueva estrategia de integración productiva, cabe decir que la mayoría de los proveedores son financiados por la propia empresa terminal y por instrumentos de desarrollo públicos como los programas de apoyo a emprendedores que ofrece Nacional Financiera y los distintos fondos de apoyo para la micro, pequeña y mediana empresa (fondos pyme\'s) que se aplican tanto por el gobierno federal como por gobiernos estatales y a los que se les da mucha difusión. Un caso especial lo constituyen los apoyos que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concayt) ha otorgado a Bombardier para impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico, los cuales ascendieron en el periodo 2005-2007 a la cantidad de 33.5 millones de pesos. Esto indica un rasgo de la política industrial actual: el estímulo (mediante la transferencia de recursos públicos a manos privadas) de esta forma de articulación entre el capital trasnacional y el capital nacional, y su conformidad con la transformación de México como un gran taller de proveedores flexibles.